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La columna torácica es la parte media de la columna vertebral, situada entre la columna cervical (cuello) y la columna lumbar (parte baja de la espalda). Está compuesta por doce vértebras torácicas, numeradas de T1 a T12. Estas vértebras son más grandes y fuertes que las cervicales, ya que deben soportar más peso y proporcionar estabilidad al torso. Cada vértebra torácica se articula con un par de costillas, formando parte de la caja torácica.
La columna torácica puede verse afectada por diversas patologías que a veces requieren cirugía para su tratamiento. Entre ellas se encuentran las hernias discales torácicas, que pueden causar dolor y problemas neurológicos ; las fracturas vertebrales, a menudo resultado de traumatismos o osteoporosis; y las deformidades espinales como la escoliosis y la cifosis severa, que pueden provocar dolor y disfunción respiratoria. Además, los tumores espinales en esta región pueden necesitar resección quirúrgica para aliviar la compresión medular. La cirugía también puede ser necesaria para tratar infecciones graves como la espondilodiscitis que comprometen la estabilidad de la columna.
El tratamiento mínimamente invasivo para la columna torácica ha avanzado significativamente en los últimos años, ofreciendo alternativas a la cirugía abierta tradicional con menores riesgos y tiempos de recuperación más rápidos. Aquí te presento algunos de los tratamientos mínimamente invasivos más comunes para la columna torácica
La neurocirugía en la columna torácica se centra en tratar diversas patologías que afectan la médula espinal, los nervios y las estructuras óseas de esta región. La columna torácica, situada entre las vértebras cervicales y lumbares, puede ser sede de condiciones que requieren intervención neuroquirúrgica. A continuación, se detallan algunos de los procedimientos y técnicas utilizadas:
Las hernias discales en la región torácica son menos comunes que en las regiones cervical y lumbar, pero pueden causar compresión de la médula espinal. Síntomas incluyen dolor torácico, radiculopatía y, en casos graves, síntomas neurológicos como debilidad en las piernas o problemas de esfínteres.
Tumores intradurales, extramedulares o intramedulares pueden desarrollarse en la columna torácica. Pueden ser benignos (como meningiomas y neurinomas) o malignos (como metástasis vertebrales).
Fracturas traumáticas o patológicas (por osteoporosis o tumores) que comprometen la estabilidad de la columna o comprimen la médula espinal.
Estrechamiento del canal espinal que puede resultar en compresión de la médula espinal o los nervios.
Incluyen una revisión detallada de los síntomas del paciente, antecedentes médicos, y un examen físico para evaluar el rango de movimiento, fuerza, reflejos y signos de compresión nerviosa.
Recuperación más rápida Menos medicamentos Menos dias de hospitalización Mejor rehabilitación Mayor presiciónUtiliza campos magnéticos y ondas de radio para producir imágenes detalladas de los tejidos blandos, incluidos discos intervertebrales, médula espinal y nervios.
Fluoroscopía, tomografía computarizada (TC) intraoperatoria y resonancia magnética (RM) intraoperatoria ayudan a guiar la cirugía con precisión.
Permite evaluar la función nerviosa en tiempo real durante la cirugía, reduciendo el riesgo de daño neurológico